Algunas cosas abren nuestras alas,
algunas cosas hacen que el aburrimiento y dolor desaparezcan
—R u m i
Monarcas
Fue como haber entrado en un espacio mágico, había mucho silencio solo se escuchaba el aleteo incesante de las monarcas y se veían sus cuerpos en el aire y sus sombras en el piso bajando en dirección al valle, algunas casi chocaban con mi sombrero y me daba cierta pena estar atravesada en su camino, era su territorio y lo estábamos invadiendo.
Nosotros seguíamos ascendiendo la montaña por un caminito creado por el uso y a nuestro alrededor estaban los árboles cargados de miles de mariposas, algunas ramas se veían a punto de quebrarse por el peso de esos minúsculos cuerpos apilados en sus hojas.
Durante nuestro recorrido teníamos muchas expectativas, no sabíamos que esperar, ¿valdría la pena tanto caminar? como seres de ciudad estamos cada vez más acostumbrados a transportarnos en vehículos y eso de caminar y subir montana resulta cada vez más extraño.
Hubo varios de nuestro grupo que pronto se vencieron y pidieron que les buscaran un caballo para continuar la travesía de manera más relajada. Yo quería sentir toda la naturaleza, las piedras en el camino, el polvo, las ramas de los árboles cerca, el ruido de los pájaros, del viento todo aquello resultaba maravilloso un encuentro conmigo misma y la naturaleza.
Ahora que lo pienso hay que darles a nuestros hijos experiencias como estas donde no están conectados a sus aparatos electrónicos. Solo nosotros con la tierra que nos cobija, caminando y reservándonos para la sorpresa que nos pueda dar la vuelta del camino, el suspenso mismo de lo desconocido.
Caminamos cerca de 50 minutos ascendiendo la montaña hasta llegar al santuario llamado el Capulín, una vez allá el espectáculo era abrumador, éramos 10 de los cuales 5 eran niños entre 8 y 13 años, todos estaban muy interesados en la exploración porque tenían un trabajo de investigación en el Colegio.
¿Qué comen?, ¿cómo viven? ¿De dónde vienen? ¿Por qué vienen? ¿Cómo podemos diferenciar el macho de la hembra? al concluir la expedición debíamos conocer todos esos detalles, por el momento solo estábamos caminando subiendo la montaña y observando cómo iba creciendo la cantidad de mariposas que íbamos viendo.
Al principio eran 3 o 4 rondando una planta, estas eran las más atrevidas que habían bajado al valle y se acercaban peligrosamente a la civilización. Más adelante había más mariposas descansando en las hojas de los árboles, y fue después cuando las sentimos volando sobre nosotros en grandes cantidades.
Llegamos finalmente a la cima de la montaña y allí lo que recuerdo es la frase de M de 9 años. “Si mi abuelito estuviera aquí, estaría llorando” eso me encantó porque en ese momento yo estaba llorando de emoción de ver ante mis ojos el espectáculo más maravilloso; MILLONES de mariposas monarcas, volando, cubriendo totalmente los árboles, de manera que a primera vista se veían como árboles amarillos, o naranja, el pino se transformaba con la carga de estos millones de mariposas y se podía percibir el movimiento de vida, el respirar del conjunto…
Y... todo estaba cubierto, mirando a nuestro alrededor podíamos ver el bosque completamente cubierto y eso nos exigía un silencio interior, en agradecimiento por ser testigos de un espectáculo sin igual.
El sentimiento de respeto nos cubrió a todos, y cada uno en silencio daba gracias por la oportunidad de gozar esta belleza natural; mucha gente durante todo el transcurso de su vida no puede ver ni apreciar un fenómeno similar y nosotros estábamos allí en la mitad de un evento que quedaría grabado en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Más adelante comenzamos a entender el fenómeno de la Migración, algo nuevo y misterioso.
Aprendimos mucho porque ya sabemos entre otras cosas:
• - Que las Mariposas viajan desde Estados Unidos y Canadá más o menos cinco mil kilómetros durante 25 días a una velocidad de 15 a 45 Km. por hora, recorriendo más de 120 Km. al día en jornadas de 8 horas, para llegar a los bosques de Oyamel de los Estados de México y Michoacán. Vienen alejándose del frío invierno del norte para pasar cerca de 4 meses de Octubre a Febrero en los bosques Mexicanos, apareándose y nutriéndose para regresar con el inicio de la primavera. Arriban en grupos de aproximadamente 600 mariposas y su número alcanza hasta los 20 millones de insectos.
• - Que en 1975 el Dr. Freud Uhrbguhart científico canadiense y su esposa Norah se dedicaron a investigar por más de 40 años la existencia y patrones migratorios de estas mariposas.
• - Que se protegen de sus depredadores consumiendo plantas del género de las Asclepias la cual es tóxica y de sabor desagradable, cuando se almacena en su cuerpo.
• - Que su ciclo de vida fluctúa entre seis a siete meses desde el huevo, la oruga, la crisálida y finalmente la mariposa adulta.
• - Que se ha confirmado que esta migración ocurría aun en los tiempos prehispánicos porque se encuentran referencias en las escenas representadas en las columnas del Palacio de Quetzapapalotl en Teotihuacán.
• - Que para los habitantes del México prehispánico la mariposa o “papalotl’ tuvo un papel importante en su religión y sus mitos asociándola con el fuego y el sol.
Pero nos quedan muchas incógnitas todavía
¿Cómo se orientan?
¿Cómo cruzan los grandes lagos?
¿Cómo se comunican?
¿Estarán recibiendo todo lo que necesitan de nuestros bosques y nuestro entorno?
¿Habrá disminuido su población?
Haber vivido esta experiencia me trajo recuerdos de mi infancia, cuando en otro país, Colombia, viajábamos por el Valle del Cauca de Palmira a Buga y veíamos en el Valle grandes grupos de aves grullas y flamencos naranja, ahora entiendo que también eran aves migratorias pero ya solo quedan en mi recuerdo porque ya no las vemos en el Valle.
Es lo que sucede cuando la civilización retoma los lugares que alguna vez fueron refugio de los animales, el Valle del Cauca está totalmente habitado y cultivado, no hemos dejado espacio para la tranquilidad de los animales.
Aquí en México, hay una gran campaña por cuidar estos santuarios de las Mariposas, se pide silencio, no se deben talar los árboles, los senderos deben transitarse a pie.
Confiemos en que con todos estos cuidados mucha más gente pueda seguir disfrutando del espectáculo de la migración de las Monarcas por mucho más tiempo.