THIS IS A TRUE STORY. La vida te va formando, y si ponés de tu parte, ¡podés lograr ser la mejor versión de vos misma!
Lo más antiguo que recuerdo acerca de situaciones que me ponían a meditar acerca del porqué estaba sola, fue allá por 1999; pero hay muchas otras situaciones y palabras que se fueron quedando conmigo a través del acumulado de los años.
Desde que fui una jovencita de primaria, hasta hace pocos meses y aún hoy, me resuenan comentarios, conversaciones, insultos y preguntas en la mente: ¿Por qué actuás así? O, ¡por favor no seas así!. Yo me sentía furiosa por dentro; pero me quedaba callada y empecé a considerar la posibilidad de cambiar... lo cual, luego de años de intento y maduración, llegó a convertirse en algunas adaptaciones, pero meramente, para poder sobrevivir y para tener una vida realizada en todos los sentidos que yo había imaginado para mí misma. Ciertamente, no tenía que cambiar nada, pero sí tenía que adaptarme. La adaptabilidad y flexibilidad serían unos de mis más grandes atributos en el futuro y yo aún no lo sabía...
En varias ocasiones, las personas a mi alrededor me hacían sentir que yo estaba equivocada en ser como yo era: en no soportar que me tocaran el pelo o la piel blanca que tenía (que decían que parecía de durazno o de muñeca de porcelana), en no estar acostumbrada a que me besaran o abrazaran mucho al estilo latino, por no aceptar que me invadieran mi espacio personal, por querer intentar hacer las cosas yo misma o no estar de acuerdo en hacer lo que todo el mundo quería que yo hiciera. No me gustaba estar sentada en pleno sol porque me quemaba y no me reía de las bromas crueles que le hacían a los demás. Diay, esa era yo.
Llegué a una conclusión: Sé lo que Soy y lo que No Soy. Lo que quiero: no tanto; pero lo que no quiero ¡lo sé, absolutamente! Sé lo que puedo y no puedo dar y esperar de mí misma, para mí y para los demás. Me entiendo y cuando no, me considero y respeto a mí misma, porque sobre todo me di cuenta que mi corazón está en un buen lugar y mi mente también; y tuve que aprender a confiar en ellos para que mi instinto se activara.
Me di cuenta que me encanta conversar conmigo, la verdad es interesante y aunque parezca gracioso y loco, a veces me sorprendo a mí misma. Los que piensan mucho me van a entender lo que es conversar bañándose, o en el carro, o en la cama...A veces, para lograr alguna decisión, y otras veces, solo para decir lo que hubiera querido decir; pero que en el momento no me salió. ¡Qué colerón cuando me ha pasado eso! Porque: difícilmente, alguna vez tuve otra oportunidad para hacerlo. Por eso decidí hacer las oportunidades y no esperarlas. Entonces, la idea es tener una conversación como la que he tenido con los que me han querido escuchar, y las que he tenido que tener sola porque no me animé a decir lo que tenía que decir cuando quise decirlo.
Todo este pasado es lo que me lleva al presente. Y a por qué se supone que estoy sola. Que de una vez adelanto, ¡no!, no estoy de acuerdo, ni con la grosería de la expresión, ni con la idea que me han querido vender: Estar sola no es una tragedia de mi vida, ha sido una decisión fundamentada y cuidadosamente planificada y ejecutada, con mucho sacrificio de por medio y que, a la fecha, creo que ha sido la correcta.
Lo más difícil de todo esto era querer hablar al respecto y contar las historias, analizar todo el recorrido que me ha llevado a la conclusión de que YA SÉ POR QUÉ ESTÁS SOLA, es decir, todo lo que había sucedido en mi vida que fuera relevante para llevarme a esta situación actual que vivo y disfruto, porque eran como un secreto sucio. Era como si contarlo me pusiera en juicio y tuviera miedo que la gente apoyara a mis detractores. No pasó así, por dicha. Algunas veces en mi vida me di cuenta de cosas que debía aceptar; pero luego empecé a ver muchas otras que todo el mundo había vivido también, y resulta que esta expresión utilizada de forma tan negativa: “Ya sé por qué estás sola”, era un común denominador usado como sin querer, para bajarnos el piso a las que estábamos “out of the league” para algunos individuos. Y digo individuos, no personas (busquen el significado en el diccionario), porque eran humanos que les faltaban partes vitales para que yo los considerara personas.