La Morada de la Paz

Imagine una casa donde en 20 o más años no se ha sacado la basura, los microorganismos montan su imperio y las enfermedades crean su caldo de cultivo. Vivir entre esa podredumbre se convierte en una tarea épica. Estar feliz es casi imposible por la cantidad de suciedad que nos invade que en la práctica no permite movilizarnos. Sobreviene entonces el asco por esa inmundicia que se apoderó de nuestra vivienda. Eso ocurre cuando nunca hemos limpiado el mundo psíquico de la mente y tampoco sus fases de conciencia e inconsciencia. Todos hemos oído hablar de la importancia del perdón, no tanto para congraciarnos con los demás como para aliviar nuestra propia tensión. Pues bien la mayoría de personas deambulan por las calles y veredas de este planeta sin saber que los odios, rechazos, ira, rabia, rencor, ansiedad, pánico, miedos, fobias, apegos, conmoción, depresión, culpabilidad etc, deben eliminarse de la mente del individuo para conservar su salud mental emocional y física. La verdadera felicidad del individuo se produce cuando estas emociones han sido borradas y emerge la verdadera naturaleza de la mente, que se conecta con todo en una sinfonía de amor, es la presencia del ser, rescatado de las entrañas del dolor y el placer. El hombre nace FELIZ “per se”, independiente de las cosas, personas o circunstancias que lo rodean, pero surge la manzana de la discordia que lo condena a vivir la montaña rusa del placer y el dolor terrenal. Cuando el hombre se libera de ese yugo de sentimientos, emociones y creencias, experimenta el cielo en la tierra, la emoción eterna del amor universal que todo lo penetra y la paz que adorna una vida espléndida de servicio a los otros humanos. Este libro enseña cómo sacar la basura psicológica de sus células y andar liviano para enfrentar los desafíos de la existencia y para que independiente de las ideas religiosas que profese o de los golpes de la vida, siempre esté feliz y tranquilo. Huelga decir que si tenemos un equilibrio emocional, podemos curar las enfermedades que alguna vez nos aquejaron en el pasado, para prevenir otras dolencias, que podrían aparecer en un futuro, porque la sanación penetra el mundo superior de la conciencia donde la energía se expresa. Otra de las consecuencias de sanar emociones negativas es el rejuvenecimiento. Las células del cuerpo cambian todas (incluso las neuronas) en un periodo de hasta dos años. El envejecimiento es una enfermedad silenciosa que se produce inducido por sentimientos dolorosos no sanados o emociones fuertes que conviven en las células de un individuo. Cuando una persona sana un odio o un trauma que la acompañaba por un buen tiempo, se nota su rejuvenecimiento al relajar el cuerpo tenso que sostenía esa basura psicológica. Después de limpiar una emoción negativa mírese al espejo y notará como ha recuperado la jovialidad y la juventud.